El descanso de cada año sirve para prepararse para un nuevo ciclo. Son un medio excelente para superar la ansiedad y dejar atrás las tensiones estresantes.

Por Sergio Lapegüe
Bueno, queridos amigos de “La Unión”, nuevamente estamos por acá para retomar nuestro contacto semanal después de haber descansado durante el primer mes de este 2011 que promete ser muy intenso para los argentinos.
Realmente me vinieron muy bien las vacaciones, como quizá también la habrán disfrutado muchos de ustedes. Y los que no tuvieron la suerte o la posibilidad de tomarse unos días quizá estén en la dulce espera de ellas.
Las vacaciones son un medio excelente para superar la ansiedad y dejar atrás las tensiones estresantes. Para ello, el destino que se elija debe ser el adecuado.
Son muchas las personas que argumentan que consideran indispensable la soledad y el tranquilo aislamiento que pueden brindarles las vacaciones.
Hay otras que optan por destinos populares, concurridos, donde el ritmo agitado para el descanso es el polo opuesto. Así se puede terminar el viaje con más tensiones y más cansancio que cuando salieron de sus casas. Vacaciones, es sabido, se origina en el término latino “vacatio”.
Este vocablo significa a un tiempo vaciamiento y suspensión de las actividades normales y cotidianas. Por este motivo, el retiro debería ser una serena introspección, lejos de torbellino que nos rodea todo el resto del año, desgastándonos somática y físicamente.
El ideal sería tomar una vacación alejada de la rutina, de las preocupaciones y las responsabilidades diarias. Tal vez la mejor forma de disfrutar de las vacaciones sería tomarlas en breves períodos varias veces al año.
Sufriríamos menos trastornos y problemas si tomáramos el descanso en lapsos cortos y frecuentes. Vacaciones exprés y reiteradas dan una especie de cura o convalecencia natural.
Por ejemplo, los japoneses combinan una extremada tasa de enfermedades vinculadas al estrés con el más reducido registro mundial de vacaciones.
¿En qué consisten las vacaciones perfectas? No existe la fórmula mágica, aunque haya ido de vacaciones al mismo lugar año tras año.
Mantener la mente abierta, reconocer que las vacaciones son para todos e intentar alcanzar el consenso, puede marcar la diferencia entre unas vacaciones estupendas y unas mediocres.
Pavada de objetivo les planteo, ¿no es cierto? Recordando las vacaciones de mi infancia, más allá de los viajes que hacíamos con mi familia a la Costa bonaerense, Mar del Plata principalmente, cuando terminaba en diciembre las clases disfrutaba mucho la pileta y las colonias de los clubes de Lomas.
Alternativamente fue a la pileta del club Los Andes, luego al Country Club de Banfield y también, ya más de adolescente, a Lomas Social de la calle Las Heras.
Todos esos lugares fueron muy importantes en mi vida, donde tuve grandes amigos y pasé momentos inolvidables. Con los años uno pone en valor qué vital es en la formación de una persona el saber aprovechar el ocio y el descanso con una actividad social.
Claro que los clubes ofrecen durante todo el año la posibilidad de practicar deportes y disfrutar la recreación, pero si no es posible tomar vacaciones a algún destino turístico en verano, bien vale la opción de ir a la pileta de un club.Es muy importante que las vacaciones sean planificadas, al igual que se hace con los estudios.
Contamos los meses, semanas, días y horas que tendremos la oportunidad de utilizar, luego las distribuimos en base a las metas que queremos alcanzar, por ejemplo leer un libro, arreglar el cuarto, sembrar una planta, ayudar a nuestra familia, visitar a personas que no hemos tenido la oportunidad de saludar, etcétera. Al hacer el recuento del tiempo lo distribuimos para que nos sea suficiente y para lograr nuestras metas.
Es vital, también, pedir la colaboración de nuestra familia para que podamos cumplirlas y no dejarnos llevar por el ocio.
Es decir, que dedicamos solamente a dormir y ver la tele puede traernos consecuencias negativas a la hora de retomar el trabajo o el estudio.
Por otra parte, las vacaciones son muy apropiadas para el ejercicio físico y el contacto con la naturaleza. No se trata de hacer todo el ejercicio que no se ha practicado durante el año, pero sí una rutina que nos permita mantenernos activos y evitar el aburrimiento.
Otra cuestión esencial son las relaciones sociales. Es importante mantener y cuidar el contacto de los chicos con otros amigos y compañeros del colegio durante las vacaciones.
Pero también hay más tiempo para la familia y las vacaciones serán un buen momento para lograr relaciones con algunos miembros de la familia con los que normalmente no compartimos, como los abuelos, tíos y primos.
En fin amigos, en estas pocas líneas quise reflejar qué entiendo por vacaciones, cuál es mi ideal para contrarrestar mi “acelerada” vida laboral que, confieso, pocas veces logro concretar. Hasta el próximo domingo!

Por Sergio Lapegüe
Bueno, queridos amigos de “La Unión”, nuevamente estamos por acá para retomar nuestro contacto semanal después de haber descansado durante el primer mes de este 2011 que promete ser muy intenso para los argentinos.
Realmente me vinieron muy bien las vacaciones, como quizá también la habrán disfrutado muchos de ustedes. Y los que no tuvieron la suerte o la posibilidad de tomarse unos días quizá estén en la dulce espera de ellas.
Las vacaciones son un medio excelente para superar la ansiedad y dejar atrás las tensiones estresantes. Para ello, el destino que se elija debe ser el adecuado.
Son muchas las personas que argumentan que consideran indispensable la soledad y el tranquilo aislamiento que pueden brindarles las vacaciones.
Hay otras que optan por destinos populares, concurridos, donde el ritmo agitado para el descanso es el polo opuesto. Así se puede terminar el viaje con más tensiones y más cansancio que cuando salieron de sus casas. Vacaciones, es sabido, se origina en el término latino “vacatio”.
Este vocablo significa a un tiempo vaciamiento y suspensión de las actividades normales y cotidianas. Por este motivo, el retiro debería ser una serena introspección, lejos de torbellino que nos rodea todo el resto del año, desgastándonos somática y físicamente.
El ideal sería tomar una vacación alejada de la rutina, de las preocupaciones y las responsabilidades diarias. Tal vez la mejor forma de disfrutar de las vacaciones sería tomarlas en breves períodos varias veces al año.
Sufriríamos menos trastornos y problemas si tomáramos el descanso en lapsos cortos y frecuentes. Vacaciones exprés y reiteradas dan una especie de cura o convalecencia natural.
Por ejemplo, los japoneses combinan una extremada tasa de enfermedades vinculadas al estrés con el más reducido registro mundial de vacaciones.
¿En qué consisten las vacaciones perfectas? No existe la fórmula mágica, aunque haya ido de vacaciones al mismo lugar año tras año.
Mantener la mente abierta, reconocer que las vacaciones son para todos e intentar alcanzar el consenso, puede marcar la diferencia entre unas vacaciones estupendas y unas mediocres.
Pavada de objetivo les planteo, ¿no es cierto? Recordando las vacaciones de mi infancia, más allá de los viajes que hacíamos con mi familia a la Costa bonaerense, Mar del Plata principalmente, cuando terminaba en diciembre las clases disfrutaba mucho la pileta y las colonias de los clubes de Lomas.
Alternativamente fue a la pileta del club Los Andes, luego al Country Club de Banfield y también, ya más de adolescente, a Lomas Social de la calle Las Heras.
Todos esos lugares fueron muy importantes en mi vida, donde tuve grandes amigos y pasé momentos inolvidables. Con los años uno pone en valor qué vital es en la formación de una persona el saber aprovechar el ocio y el descanso con una actividad social.
Claro que los clubes ofrecen durante todo el año la posibilidad de practicar deportes y disfrutar la recreación, pero si no es posible tomar vacaciones a algún destino turístico en verano, bien vale la opción de ir a la pileta de un club.Es muy importante que las vacaciones sean planificadas, al igual que se hace con los estudios.
Contamos los meses, semanas, días y horas que tendremos la oportunidad de utilizar, luego las distribuimos en base a las metas que queremos alcanzar, por ejemplo leer un libro, arreglar el cuarto, sembrar una planta, ayudar a nuestra familia, visitar a personas que no hemos tenido la oportunidad de saludar, etcétera. Al hacer el recuento del tiempo lo distribuimos para que nos sea suficiente y para lograr nuestras metas.
Es vital, también, pedir la colaboración de nuestra familia para que podamos cumplirlas y no dejarnos llevar por el ocio.
Es decir, que dedicamos solamente a dormir y ver la tele puede traernos consecuencias negativas a la hora de retomar el trabajo o el estudio.
Por otra parte, las vacaciones son muy apropiadas para el ejercicio físico y el contacto con la naturaleza. No se trata de hacer todo el ejercicio que no se ha practicado durante el año, pero sí una rutina que nos permita mantenernos activos y evitar el aburrimiento.
Otra cuestión esencial son las relaciones sociales. Es importante mantener y cuidar el contacto de los chicos con otros amigos y compañeros del colegio durante las vacaciones.
Pero también hay más tiempo para la familia y las vacaciones serán un buen momento para lograr relaciones con algunos miembros de la familia con los que normalmente no compartimos, como los abuelos, tíos y primos.
En fin amigos, en estas pocas líneas quise reflejar qué entiendo por vacaciones, cuál es mi ideal para contrarrestar mi “acelerada” vida laboral que, confieso, pocas veces logro concretar. Hasta el próximo domingo!
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